sábado, 23 de mayo de 2015

LO RIZOMÁTICO COMO PRÁCTICA ORIGINAL

En este modelo de práctica educativa hay que tener muy en cuenta que cuando se diseña un proyecto, como ya he comentado en apartados anteriores, se haga mapa y no calco y recomencemos un proyecto diferente en lugar de reproducir, para que de este modo, en lugar de hacer exactamente todo lo que pone en la unidad didáctica del libro de texto, podamos regenerar contenidos nuevos y originales. Uno de los resultados de este continuo calco se resume en las palabras que más se suelen ajustar al día a día del profesorado como son el aburrimiento y la apatía debido a la inercia en la que nos encontramos metidos.

Hay en particular dos autores que han estudiado este tema de la inercia en los entornos educativos que son Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron y nos hablan de ellos en su libro La reproducción de 1970. En este libro se trata la inercia como el resultado de la inconsciencia y de la falta de reflexión. Hay que intentar crear en las aulas situaciones de aprendizaje atractivas. No se trata de descartar los libros de textos ya que ayudan en buena manera a orientar las actividades, sino que se trata de complementar los libros para escapar de la monotonía, lo cual se resumen en un aumento del interés del alumnado basado en la novedad ante lo rutinario y en una nueva fuente de recursos que además mejorará la relación profesor-alumno. Cuando he realizado mis prácticas en el centro Jacinto Benavente, al preparar las sesiones es cierto que tomaba como referencia el libro pero también intentaba buscar algo diferente, algo que ofrecerles que se saliera de lo estanco y de los que estaban acostumbrados, lo cual generaba una mayor expectativa de la experiencia educativa y un mayor interés.

Es por esto que esa falta de reflexión a la que los autores hacen referencia, unida a la inercia son algunos de los ejemplos de nuestra educación en la que nos encontramos actualmente. Como educadores rizomáticos y nómades también debemos ser originales y ser capaces, según las idead extraídas de los textos de María Acaso, de llevar a cabo una práctica educativa que esté basada en la creatividad y esté bien pensada.
·                    Creativa: una práctica educativa creativa e innovadora nos lleva a la obligación de no repetir y alcanzar las metas propuestas mediante información y metodologías cambiantes, la razón de esto, como ya se ha comentado, es que todo lo que tenemos a nuestro alrededor está sujetos a cambios y por ello los proyectos educativos también deben hacerlo. Una de las cualidades más importantes en un profesor es la de ser creativo. Como dice Kenn Robinson en una entrevista en 2013  “la mayoría de asignaturas que me gustaban en el colegio eran probablemente en las que teníamos los profesores más interesantes. Por tanto, es esencial el papel del profesor, ya que lo que sucede a menudo es que te interesas por una u otra disciplina en función de la capacidad de motivación de la persona que te enseña.” Hay que ser creativo y generar proyectos en los que cualquier punto pueda ser conectado con cualquier otro.

·                    Repensada: una práctica educativa repensada es aquella que se pone como obligación repensar sobre esa misma educación, no sólo decir que se abra el libro por determinada página y comenzar con la sesión. Es pararse a pensar para estudiar por qué y, sobre todo, para qué vamos a hacer una práctica innovadora. No podemos saber a ciencia cierta las conexiones rizomáticas que nuestros alumnos harán de la información que obtengan, pero habremos captado su atención y ya partiremos de que se trata de una información no negada.


En las prácticas, en la asignatura de lengua con alumnos de 4º de primaria, había programado, según el libro, que ese día impartiría una sesión sobre el cómic, podría no haber pensado y dejarme guiar por el libro y que los alumnos leyeran y copiaran el texto “Lee y recuerda”, al fin y al cabo eso es lo que los alumnos estaban acostumbrados a hacer, pero decidí innovar y llevarles impresos un par de cómics para que ellos mismos los rellenaran, en unos los bocadillos y en otros las viñetas. Esa actividad fue algo pensado, porque llamé su atención y les atraje hacia los contenidos de una manera atractiva. Los alumnos estaban emocionados, involucrados y sin darse cuenta estaban realizando una tarea en la que ellos eran los protagonistas y no el profesor ni el libro de texto. Había puesto a funcionar sus cerebros para que crearan las conexiones que quisieran entre el comic y sus vivencias.

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